El género Pinus (pino) es el nombre latino de estas coníferas, mientras sylvestris significa ‘de los bosques’. Tiene una distribución euroasiática, con presencia de forma natural desde el oeste de Francia hasta Siberia (incluyendo Escandinavia), aunque al sur de los Alpes limita su presencia a zonas montañosas (Península Ibérica, Balcanes, Cárpatos, norte de Turquía y el Cáucaso). También hay poblaciones naturales en Escocia.

Hoy es cultivado como especie forestal por todo el centro y oeste de Europa, Nueva Zelanda y Norteamérica; sobre todo por su rápido crecimiento y fácil cultivo. Se utiliza para la producción papelera, maderera e incluso la obtención de alquitrán, colofonia y trementina.

Tiene la corteza rojiza, madera clara, y sus piñones alados muy pequeños, para facilitar su dispersión por el viento.

En la Península Ibérica se sitúa en su extremo meridional, con poblaciones aisladas en las sierras, algunas tan al sur como Sierra Nevada o la Serranía de Baza, aunque parece que su extensión fue mayor en el pasado no muy lejano, reducido hoy por la sobreexplotación de sus masas naturales, que incluso se relaciona con la desaparición del urogallo cantábrico.